jueves, 15 de marzo de 2018

La última bandera (Last Flag Flying, 2017)***

Dir: Richard Linklater
Int: Steve Carell, Bryan Cranston, Laurence Fishburne, J. Quinton Johnson, Yul Vázquez, Deanna Reed-Foster.


Tres veteranos de la guerra de Vietnam -Doc (Steve Carell), Sal (Bryan Cranston) y Mueller (Laurence Fishburne)- se reúnen en el año 2003 para enterrar a Larry Jr., el hijo de Doc, que ha muerto en combate en su primer año en la guerra de Iraq.

En 1973, Hal Ashby adaptó (junto a Robert Towne, el guionista) la novela de Derryl Ponicsan, The Last Detail. La película, en España, se tituló El último deber y contó con Jack Nicholson, Randy Quaid y Otis Young, como protagonistas. Ponicsan retomó a los personajes en una nueva novela de 2005 titulada Last Flag Flying, que interesó a Richard Linklater. Junto al mismo novelista han adaptado esta historia que, una vez más, necesitaba tres actores con una fuerte personalidad y en ese terreno el acierto fue pleno. Carrell, Cranston y Fishburne, son de lo mejor en esta sobria actualización de aquella historia.




Aunque es cierto que hay cierta crítica al militarismo y a la idea de la guerra, a Linklater, el director de Boyhood (2014) y de la trilogía Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013), le interesan los seres humanos que se esconden tras estos guerreros jubilados que se vieron obligados a participar en una guerra sin sentido en un intencionado paralelismo con esa infructuosa búsqueda de armas de destrucción masiva...Evitando de modo sutil los tópicos, nos permite, en buena medida gracias a la pericia de los tres actores protagonistas, profundizar en los diferentes destinos que han llevado estos viejos colegas de la Guerra de Vietnam.



Inunda la película un aire de tristeza, de desesperanza ante la eterna y aplastante maquinaria del destino y de un Estado que logra convencer a sus ciudadanos de lo importante que es la patria, de lo importante que es morir y matar para defenderte de un enemigo terrible que puede existir o no, pero que en realidad no importa... No importa que todo sea mentira y que por el interés de unos pocos se ordene matar y morir indiscriminadamente, no importa que las motivaciones reales nada tengan que ver con defender la democracia y la paz en el mundo. Esas ideas y algunas otras expuestas con sentido crítico, están en la historia que nos cuenta Linklater, pero él prefiere pasar por encima de ellas y quedarse con el lado más humano, aproximándonos a la piel de sus personajes con cariño y comprensión. Prefiere no ahondar en el evidente perfil político y termina por justificar, aunque con un cierto pesar, a estos hombres que vivieron de cerca el lado más salvaje e inuhmano de nuestra especie y que sólo en la amistad serán capaces de encontar algo de sentido a unas vidas casi estranguladas en su juventud...

Roberto Sánchez

-Se estrenó y pudo verse en Aragonia-

1 comentario:

Luis Betrán dijo...

Desde mi residencia, y trás haber muerto y resucitado, expreso mi notable admiración por Linklater, uno de los pocos cineastas yanquis que me interesan del mismo modo que expreso mi repudio por el otrora excelente Clint Eastwood convertido en triste parodia fascista de si mismo. El día 31 regreso a mi casa y trabajaré en mi Vergerus.