lunes, 7 de agosto de 2017

Dunkerque (2017)****

Dir: Christopher Nolan 
Int: Fionn Whitehead, Mark Rylance, Kenneth Branagh, Tom Hardy, Cillian Murphy, Barry Keoghan, Harry Styles, Jack Lowden, Aneurin Barnard, James D'Arcy, Tom Glynn-Carney, Bradley Hall, Damien Bonnard, Jochum ten Haaf, Michel Biel

Cuando el cine vuelve a ser cine y nos recuerda que es un arte


Décimo trabajo de la filmografía de Christopher Nolan, director, guionista, productor y escritor inglés nacido en 1970. Lejanas quedan ya The Following (1999), primer largometraje, y Memento (2001), que con guion de su hermano Jonathan Nolan supondría su primer éxito internacional. Un año después dirigirá a Al Pacino en Insomnio (2002), curioso thriller que daría paso en 2006 al primer filme de la personal trilogía de Batman que Nolan conseguiría relanzar con su particular estilo, fuerza dramática y visual que engrandecería la historia y al personaje. Con El truco final (El prestigio) (2006), Nolan sigue marcando su sello personal en una película plena de magia, giros y sorpresas constantes. 

Con cada una de ellas Nolan crece como cineasta, y explora terrenos narrativos que seguirá experimentando con Origen (2010) y después con la internacionalmente aclamada Interstellar  (2014), filme de ciencia ficción en el que vuelve a arrollar con su personalidad y estilo propio. Y, por fin, llegamos a Dunkerque (2017), donde vuelve a demostrar que es un cineasta de máxima categoría. 




¿Y qué ocurrió en Dunkerque para que haya despertado tanto el interés de Nolan? Además de una cruenta batalla, Dunkerque (sus playas en concreto), se convirtieron en una ratonera para casi 350.000 soldados británicos, franceses, polacos y belgas que se vieron atrapados con el mar como barrera y sin barcos de guerra amigos que les pudiesen sacar de allí. Al mismo tiempo, mientras duró aquella angustiosa situación (entre el 26 de mayo y el 4 de junio de 1940), con la llamada "Operación Dinamo", 800.000 soldados alemanes ocupaban el territorio mientras 422.000 de las tropas británicas (con la segunda y la 50 división a la cabeza) se defendía como un tigre panza arriba mientras la 1°, la 5° y la 48º, respondían resistiendo a duras penas el todopoderoso ejército alemán. En un despiadado ataque, la Luftwaffe (aviación alemana) bombardeó y ametralló a placer causando numerosas bajas en los soldados británicos y franceses que, hacia el interior, recibían también los obuses de alto poder explosivo de la artillería alemana. Aquí viene la polémica histórica de la película, pues fueron fundamentalmente los soldados franceses los que sostuvieron la línea de defensa, siendo los últimos en ser evacuados (entre el 2 y 3 de junio), cuando los alemanes estaban a sólo 3 kilómetros de Dunkerque. Un día después, el 4 de julio, los alemanes izaron la esvástica en el muelle. El cine británico, lógicamente, ya había tratado el tema en Dunkerque (1958), un convencional film bélico de Leslie Norman, con los prestigiosos John Mills y Richard Attenborough, en el numeroso reparto de un film casi por completo olvidado.




Nolan centra la historia, por un lado, en el terror y la angustia de los soldados atrapados y, por otro, en los héroes, en especial en los pescadores británicos de las costas cercanas que, con 800 embarcaciones, acudieron para evacuarlos (243 fueron hundidas). Los otros héroes, los aviadores que se enfrentaron a los cazas alemanes (representados aquí por un fabuloso Tom Hardy), le sirven a Nolan para narrarnos desde el aire, una de las vertientes visuales. La segunda viene dada  por la visión marítima, con los barcos al rescate de los aterrorizados soldados. La tercera, a ras de tierra, nos muestra a los soldados agarrotados y angustiados por el miedo. 




La banda sonora compuesta por Hans Zimmer tiene una importancia vital, y nos obsequia con una partitura magistral e hipnótica, que nos sumerge de lleno en la historia como si de un profundo viaje iniciático se tratara, toda una experiencia. Las historias vitales de los personajes quedan un poco al margen del hecho histórico que se narra, pero a través de pequeños detalles, si somos observadores, podemos descubrir cosas de sus vidas... 




El miedo, la crueldad extrema de las guerras, la situación límite a la que puede llegar el ser humano se plasman a la perfección. El miedo, la heroicidad y la culpa son temas recurrentes en la filmografía de Nolan, que se desmarca del resto de cineastas actuales con una personalidad visual y sentido de la narración únicos. El drama trasciende al género puramente bélico y creo que desde luego es un filme que va mucho más allá del género al que en teoría estaría suscrito. 

La excepcional fotografía del suizo Hoyte Van Hoytema (además de con Nolan ha trabajado con brillantes resultados para Spike Jonze, David O. Russell o Tomas Alfredsson) es otro pilar fundamental en esta sinfonía visual orquestada por Nolan. Técnicamente el filme es de una perfección difícil de superar: los barcos escorados en llamas alcanzados por los torpedos. Los aviones alemanes alcanzados en pleno vuelo por los cazas británicos. Unos combates aéreos de un realismo  total. El vestuario y ambientación han sido igualmente cuidados hasta el más mínimo detalle, hasta el punto de que, como dato curioso, los uniformes están confeccionados con la misma tela original de la época.  

Cuestión aparte es el descontento francés por el poco peso que han llevado en la cinta los 120.000 soldados franceses que también fueron evacuados y los 40.000 que se sacrificaron para defender la ciudad del asedio alemán (quizá le encarguen al canadiense Dennis Villeneuve esa nueva versión, sería interesante compararlas). 




En cuanto a referencias, hay tres filmes que sin duda han servido de inspiración a Nolan: Senderos de gloria (1957, Kubrick), Salvar al soldado Ryan (1998, Spielberg) y La delgada línea roja (1998, Malick). Todos ellos son filmes maravillosos que han trascendido, en especial la obra de Kubrick, obra maestra convertida en denuncia universal del sin sentido de la guerra. Quizá el estilismo de Malick sea el que más se acerca a la particular forma de narrar de este director. Es posible que  para algunos críticos y espectadores cinéfilos sea excesiva esta calificación (la de obra maestra). Lo que está claro es que, parámetros y gustos aparte, Nolan ha construido una gran obra que el tiempo terminará por decir si debe ser catalogada como tal.

Gonzalo J. Gonzalvo

-Aragonia, C. Grancasa, Palafox, Puerto Venecia, Yelmo-

6 comentarios:

  1. En principio, esta era una película de la que pensaba abstenerme despues de las, para mi, insufribles "Origen" e "Interstellar". La casi total unanimidad crítica - de la que se descarta el ubicuo Jordi Costa - me condujo a la sala de cine en VOSE donde me econtré con un espectáculo de luz y sonido - sobre todo sonido - tan apabullante como vacuo. Nolan no es para nada un autor, un eficiente artesano al que, una vez más, le han entregado una millonada de dólares. Es el típico film de propaganda yanqui a lo Spielberg - ¡ah, si los americanos hubiesen estado en Dunkerque ! - en el que no hay un solo personaje tratado con un mínimo de psicología. La comparación con "Senderos de gloria" es improcedente. La obra maestra de Kubrick es un film contra la guerra, "Dunkerque" , como la confusa "La delgada línea de roja, es un film sobre la guerra. Cierto que la película no aburre, abruma con su estruendoso pimpampum. Obra claramente dedicada a mostrar el ridículo que ingleses y franceses hicieron an la II Guerrra Mundial. A este respecto, conviene recordar la Historia. Los americanoos dieron su sangre pero no ganaron la espantosa contienda - ni esa ni Corea, ni Vietnam -, cuendo la tremenda chapuza del desembarco en Normandía, la Alemania nazi ya estaba derrotada por las tropas rusas de...Stalin. Escrito con la máxima cordialisdad, quede claro.

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  2. Suscribo palabra por palabra todo lo dicho. Excelente película.

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  3. Completosima reseña... coincidimos. Un abrazo.

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    1. Es un placer Iñigo...bienvenido a la revista digital "Los cines... Otro abrazo para ti...

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  4. Coincido con tu reseña. Por decir algo, la banda sonora incide en la angustia que viven los personajes, pero se hace demasiado evidente. Me gusta que la música acompañe, no que protagonice. Enhorabuena por tu crítica.

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